Andy LaVine ARNOVITZ nace en los Estados Unidos. Licenciada en Bellas Artes por la San Luis University, emigra a Israel a los cuarenta años. Como artista de vocación claramente conceptual encuentra en Jerusalem, ciudad en la que se afinca, una irrenunciable fuente de inspiración.
Su trabajo se centra en las tensiones que se generan en los puntos de convergencia entre política, religión y género, con especial interés en los temas de la humildad, la represión y el silencio que acallan las voces femeninas, las políticas reproductivas y las imposiciones religiosas. Arnovitz explora estas vetas creativas a través de diversos medios: impresión (grabado y serigrafía), libros de artista, escultura e instalación. Utiliza el papel, las telas y otros soportes para crear dispositivos de reflexión revulsivos, a un tiempo didácticos y contestatarios.
Los conflictos de clase, políticos y religiosos que atraviesan Oriente Medio la retan a la transmisión visual de su experiencia. Así, introduce en su obra temas religiosos, imitando el aparato gestual de la tradición judía y apropiándose de objetos rituales. “Empecé a estirar y enrollar papel... nosotros somos ‘el pueblo del libro’ y, somos, por lo tanto, papel impreso”.
Arnovitz investiga también en las minorías marginales y en las subculturas de Israel. Rebosante de trabajadores migrantes procedentes de Extremo Oriente, Sudán y más allá, plagado de oscuras sectas religiosas, su nuevo hogar resultó ser un campo de pruebas ideal para investigar los complejos de los excluidos. Su propia condición de emigrante la predispuso al encuentro con la lucha de los relegados, de los que toma prestados oficios y lenguajes visuales. Enseguida se percató de la anulación de la mujer en los cultos religiosos y fue así como, apartadas del foro público, confinadas a la vida doméstica, exiliadas perpetuas de la autoridad y el poder, las mujeres se convirtieron en el impulsor de una nueva obra declaradamente feminista.
Arnovitz se aferró tempranamente a la ética creativa que dictamina que hay que conocer el medio expresivo adecuado para afrontar el fin que se persigue. Volviendo al bordado, a los encajes, al découpage y a otros medios tradicionalmente femeninos, Arnovitz abrazó las artes de su infancia para introducir en ellas un desplazamiento irónico. “Durante siglos, las mujeres tuvieron escasos medios de expresión creativa, de modo que su talento fue filtrándose en las labores artesanales que trato de honrar con mi trabajo.”
Andy Arnovitz ha expuesto su trabajo en Europa, Israel, Canadá, Estados Unidos y Europa del Este. Sus obras forman parte de importantes colecciones públicas, incluyendo la United States Library of Congress, The Israel National Library, museos en EE.UU. e Israel, cancillerías y colecciones privadas. Satisfecha de una larga trayectoria de trabajo, se siente especialmente orgullosa de su famosa instalación A Delicate Balance, incluida en el show feminista revolucionario Matronita en el Museo de Arte de Ein Harod, Israel, en 2012. En 2014 su obra fue seleccionada para dos diferentes Bienales en Israel. Trabaja con la Shulamit Gallery, en Los Angeles, y con la State of the Arts Gallery, en Jerusalem.
Arnovitz es miembro invitado de la Feminist Art Base del Brooklyn Museum y miembro del consejo de la Bezalel Academy of Art and Design de la Hebrew University.
Su trabajo se centra en las tensiones que se generan en los puntos de convergencia entre política, religión y género, con especial interés en los temas de la humildad, la represión y el silencio que acallan las voces femeninas, las políticas reproductivas y las imposiciones religiosas. Arnovitz explora estas vetas creativas a través de diversos medios: impresión (grabado y serigrafía), libros de artista, escultura e instalación. Utiliza el papel, las telas y otros soportes para crear dispositivos de reflexión revulsivos, a un tiempo didácticos y contestatarios.
Los conflictos de clase, políticos y religiosos que atraviesan Oriente Medio la retan a la transmisión visual de su experiencia. Así, introduce en su obra temas religiosos, imitando el aparato gestual de la tradición judía y apropiándose de objetos rituales. “Empecé a estirar y enrollar papel... nosotros somos ‘el pueblo del libro’ y, somos, por lo tanto, papel impreso”.
Arnovitz investiga también en las minorías marginales y en las subculturas de Israel. Rebosante de trabajadores migrantes procedentes de Extremo Oriente, Sudán y más allá, plagado de oscuras sectas religiosas, su nuevo hogar resultó ser un campo de pruebas ideal para investigar los complejos de los excluidos. Su propia condición de emigrante la predispuso al encuentro con la lucha de los relegados, de los que toma prestados oficios y lenguajes visuales. Enseguida se percató de la anulación de la mujer en los cultos religiosos y fue así como, apartadas del foro público, confinadas a la vida doméstica, exiliadas perpetuas de la autoridad y el poder, las mujeres se convirtieron en el impulsor de una nueva obra declaradamente feminista.
Arnovitz se aferró tempranamente a la ética creativa que dictamina que hay que conocer el medio expresivo adecuado para afrontar el fin que se persigue. Volviendo al bordado, a los encajes, al découpage y a otros medios tradicionalmente femeninos, Arnovitz abrazó las artes de su infancia para introducir en ellas un desplazamiento irónico. “Durante siglos, las mujeres tuvieron escasos medios de expresión creativa, de modo que su talento fue filtrándose en las labores artesanales que trato de honrar con mi trabajo.”
Andy Arnovitz ha expuesto su trabajo en Europa, Israel, Canadá, Estados Unidos y Europa del Este. Sus obras forman parte de importantes colecciones públicas, incluyendo la United States Library of Congress, The Israel National Library, museos en EE.UU. e Israel, cancillerías y colecciones privadas. Satisfecha de una larga trayectoria de trabajo, se siente especialmente orgullosa de su famosa instalación A Delicate Balance, incluida en el show feminista revolucionario Matronita en el Museo de Arte de Ein Harod, Israel, en 2012. En 2014 su obra fue seleccionada para dos diferentes Bienales en Israel. Trabaja con la Shulamit Gallery, en Los Angeles, y con la State of the Arts Gallery, en Jerusalem.
Arnovitz es miembro invitado de la Feminist Art Base del Brooklyn Museum y miembro del consejo de la Bezalel Academy of Art and Design de la Hebrew University.