El propósito esencial del trabajo de Carmela GARCÍA es doble: por una parte la necesidad de repensar el mundo y por otra la necesidad de cambiarlo. Para ello utiliza la perspectiva de género como escenario de reivindicación de una consideración distinta de lo femenino en el mundo (en el mundo real y en el mundo de la representación) y también como una vía de proyección sobre la necesidad de otro futuro.
García reevalúa la construcción de la historia y vuelve a narrar algunos de los relatos sobre los que se ha cimentado el imaginario. Las estrategias que utiliza son el relato ficticio a través de la recreación de escenarios, la creación de genealogías metaficcionales, la apropiación y la representación como forma de visibilización.
Tanto sus relatos como las genealogías metaficcionales se desarrollan como productoras de identidad y vehículo con el que crear una narración donde la vida sea vivible (proyecciones queer) además de poner en valor y reivindicar la multiplicidad de identidades. Toma como modelos los sujetos no normativos y propone la identidad de éstos como una proyección de sí mismos más o menos interiorizada, siempre mutable y que pone a prueba lo que tenemos por real, lo inteligible social y culturalmente. Al servicio de esto, García pone su atención en los espacios, su distribución y el uso que se hace de ellos, y que, dotados de un carácter de género, enfrentan el cuerpo -un cuerpo definido y real- al espacio social. Cuestiona y desestabiliza la percepción hegemónica re-apropiándose de los espacios donde los cuerpos están inscritos.
Es importante la recontextualización de su práctica fotográfica a través de sus colecciones de fotografías anónimas de mujeres. Estas imágenes son activadas como artefactos enigmáticos donde reemplazar lo supuestamente objetivo por lo subjetivo. Esta dislocación le permite apropiarse de un cuerpo enorme de trabajo anónimo, de super-archivo, con el que crear un punto de partida desde el que seguir construyendo su propio imaginario.
Para su colaboración en este proyecto ha elegido el retrato de August Sander after Eva Lootz. García, desde hace tiempo, está creando un archivo de retratos de artistas, Les Artistes, hechos por ella. Blanca Gracia. Pintora. Madrid 2014 es uno de ellos y, como parte de este palimpsesto, queda incluido en este otro gran corpus creado por las artistas Alonso y Marful.
Carmela García comienza su proyecto a mediados de los 90 utilizando sobre todo la fotografía pero también otros medios de expresión como el video, la instalación, el collage, las colecciones de imágenes...
Su trabajo ha sido expuesto en museos de España (Reina Sofía; CAAM; MUSAC; etc.), USA (MoMA PS1), Japón (MOT; Kanazawa Museum), Paris, Amsterdam, Copenhagen, etc...
Sus proyectos fotográficos e interdisciplinares más destacados son: Chicas; Deseos y ficción; Try to be a boy Try to be a girl; Mentiras; Planeta Ella; Paraísos; I want to be; Ofelias; Escenarios; La Conspiración de las Pintoras Portuguesas; No pisar el césped o Au bord de mer.
Carmela García vive y trabaja en Madrid (España)
García reevalúa la construcción de la historia y vuelve a narrar algunos de los relatos sobre los que se ha cimentado el imaginario. Las estrategias que utiliza son el relato ficticio a través de la recreación de escenarios, la creación de genealogías metaficcionales, la apropiación y la representación como forma de visibilización.
Tanto sus relatos como las genealogías metaficcionales se desarrollan como productoras de identidad y vehículo con el que crear una narración donde la vida sea vivible (proyecciones queer) además de poner en valor y reivindicar la multiplicidad de identidades. Toma como modelos los sujetos no normativos y propone la identidad de éstos como una proyección de sí mismos más o menos interiorizada, siempre mutable y que pone a prueba lo que tenemos por real, lo inteligible social y culturalmente. Al servicio de esto, García pone su atención en los espacios, su distribución y el uso que se hace de ellos, y que, dotados de un carácter de género, enfrentan el cuerpo -un cuerpo definido y real- al espacio social. Cuestiona y desestabiliza la percepción hegemónica re-apropiándose de los espacios donde los cuerpos están inscritos.
Es importante la recontextualización de su práctica fotográfica a través de sus colecciones de fotografías anónimas de mujeres. Estas imágenes son activadas como artefactos enigmáticos donde reemplazar lo supuestamente objetivo por lo subjetivo. Esta dislocación le permite apropiarse de un cuerpo enorme de trabajo anónimo, de super-archivo, con el que crear un punto de partida desde el que seguir construyendo su propio imaginario.
Para su colaboración en este proyecto ha elegido el retrato de August Sander after Eva Lootz. García, desde hace tiempo, está creando un archivo de retratos de artistas, Les Artistes, hechos por ella. Blanca Gracia. Pintora. Madrid 2014 es uno de ellos y, como parte de este palimpsesto, queda incluido en este otro gran corpus creado por las artistas Alonso y Marful.
Carmela García comienza su proyecto a mediados de los 90 utilizando sobre todo la fotografía pero también otros medios de expresión como el video, la instalación, el collage, las colecciones de imágenes...
Su trabajo ha sido expuesto en museos de España (Reina Sofía; CAAM; MUSAC; etc.), USA (MoMA PS1), Japón (MOT; Kanazawa Museum), Paris, Amsterdam, Copenhagen, etc...
Sus proyectos fotográficos e interdisciplinares más destacados son: Chicas; Deseos y ficción; Try to be a boy Try to be a girl; Mentiras; Planeta Ella; Paraísos; I want to be; Ofelias; Escenarios; La Conspiración de las Pintoras Portuguesas; No pisar el césped o Au bord de mer.
Carmela García vive y trabaja en Madrid (España)