Cirenaica MOREIRA (La Habana, 1969), se gradúa como actriz en el Instituto Superior de Arte de La Habana (1992) y comienza su carrera dentro de las artes visuales en 1994, básicamente como fotógrafa.
Su primera serie, Ojos que te vieron ir…, define el inicio de una expresión sentimentalmente anclada en la melancolía, el pesimismo y el dolor. Ojos que te vieron ir… alude al proverbio de la lengua española que continúa: “… jamás te verán regresar”. Como vestigios de un discurso dramático roto o fragmentario, Moreira utiliza pequeñas citas o frases hechas, más que para apoyar su discurso fotográfico, como parte inseparable de él. Su ausencia será interpretada como un largo silencio.
En agosto de 1994 tiene lugar en la capital habanera un reducido estallido de inconformidad popular, rápidamente controlado por las autoridades cubanas y por la presencia de su máximo líder en las calles, seguidos de un amplio sector de la población. Como consecuencia de estos hechos, y de manera excepcional, se abren las fronteras marítimas de la isla rumbo a los Estados Unidos, facilitando la salida de 37000 cubanos en desacuerdo con el sistema económico, social y político imperante en la isla desde enero de 1959. Eventos como estos dejan su huella en la obra de Moreira. Huella fragmentada, dispersa, como la memoria misma que intenta recomponerse a la manera de los cristales rotos de un caleidoscopio.
A través del cuerpo femenino y de su (re)presentación en imágenes consternadas, expectantes, a veces inquisitivas, que no renuncian al impulso vivificante del humor y la ironía, Moreira coloca en primera persona del singular un mundo de cotidianidades asfixiantes e inverosímiles en medio de las cuales la sexualidad o la muerte inscriben su grafo y pugnan por hacer estallar el silencio y la quietud de la imagen. Las alusiones a lo cotidiano-doméstico se refuerzan a través de los vestuarios y accesorios de los que se reviste y que ella misma fabrica o recicla a la usanza de las tradiciones femeninas heredadas, situando su discurso artístico en una vertiente de género que recoge el legado de su vocación teatral. Es en el gesto, detenido en un punto de máxima tensión significante y arropado con símbolos que subrayan las latencias más oscuras, donde afloran el angustioso desconocimiento de la propia identidad y la presión soterrada del misterio.
Su obra se ha abierto a otros registros como la instalación, el vídeo, la performance y la escultura y forma parte del Museo Nacional de Bellas Artes (Cuba); Museo de Arte de la Universidad de Virginia (USA) y Fundación Arte Viva (Brasil). Ha sido expuesta en National Geographic Magazine Seminar (USA); ARCO (España) y Metropolitan Pavilion (USA) entre otros. Trabaja con Couturier Gallery (USA); Alida Anderson Projects (USA); Co Galería de Arte (Chile); Gedok Gallery (Alemania) y Servando Galería de Arte (Cuba).
Para RE-ACTION, Cirenaica Moreira presenta Fragmentos Insalvables, vídeoproyección sobre objeto (2´22). De la deriva de Marta María Pérez Bravo, ha tomado la idea del fuego y del foco en los brazos. El fuego no como elemento vital sino reductor.
Su primera serie, Ojos que te vieron ir…, define el inicio de una expresión sentimentalmente anclada en la melancolía, el pesimismo y el dolor. Ojos que te vieron ir… alude al proverbio de la lengua española que continúa: “… jamás te verán regresar”. Como vestigios de un discurso dramático roto o fragmentario, Moreira utiliza pequeñas citas o frases hechas, más que para apoyar su discurso fotográfico, como parte inseparable de él. Su ausencia será interpretada como un largo silencio.
En agosto de 1994 tiene lugar en la capital habanera un reducido estallido de inconformidad popular, rápidamente controlado por las autoridades cubanas y por la presencia de su máximo líder en las calles, seguidos de un amplio sector de la población. Como consecuencia de estos hechos, y de manera excepcional, se abren las fronteras marítimas de la isla rumbo a los Estados Unidos, facilitando la salida de 37000 cubanos en desacuerdo con el sistema económico, social y político imperante en la isla desde enero de 1959. Eventos como estos dejan su huella en la obra de Moreira. Huella fragmentada, dispersa, como la memoria misma que intenta recomponerse a la manera de los cristales rotos de un caleidoscopio.
A través del cuerpo femenino y de su (re)presentación en imágenes consternadas, expectantes, a veces inquisitivas, que no renuncian al impulso vivificante del humor y la ironía, Moreira coloca en primera persona del singular un mundo de cotidianidades asfixiantes e inverosímiles en medio de las cuales la sexualidad o la muerte inscriben su grafo y pugnan por hacer estallar el silencio y la quietud de la imagen. Las alusiones a lo cotidiano-doméstico se refuerzan a través de los vestuarios y accesorios de los que se reviste y que ella misma fabrica o recicla a la usanza de las tradiciones femeninas heredadas, situando su discurso artístico en una vertiente de género que recoge el legado de su vocación teatral. Es en el gesto, detenido en un punto de máxima tensión significante y arropado con símbolos que subrayan las latencias más oscuras, donde afloran el angustioso desconocimiento de la propia identidad y la presión soterrada del misterio.
Su obra se ha abierto a otros registros como la instalación, el vídeo, la performance y la escultura y forma parte del Museo Nacional de Bellas Artes (Cuba); Museo de Arte de la Universidad de Virginia (USA) y Fundación Arte Viva (Brasil). Ha sido expuesta en National Geographic Magazine Seminar (USA); ARCO (España) y Metropolitan Pavilion (USA) entre otros. Trabaja con Couturier Gallery (USA); Alida Anderson Projects (USA); Co Galería de Arte (Chile); Gedok Gallery (Alemania) y Servando Galería de Arte (Cuba).
Para RE-ACTION, Cirenaica Moreira presenta Fragmentos Insalvables, vídeoproyección sobre objeto (2´22). De la deriva de Marta María Pérez Bravo, ha tomado la idea del fuego y del foco en los brazos. El fuego no como elemento vital sino reductor.